Ismael Gómez tiene 26 años viviendo en José Leonardo Chirinos 2, en la parroquia Miguel Peña de Valencia y desde hace 5 años su vivienda viene quedando constantemente inundada por aguas putrefactas.
La desagradable situación se viene presentando tras el colapso en la red de aguas servidas, luego que a través del Ministerio del Poder Popular para el Ambiente, la empresa constructora J.B. Silva realizara una “descarga de agua” que quedó mal y “funciona como embudo” lo que genera que las aguas servidas se regresen por los inodoros inundando las viviendas de los sectores uno y dos.
Lo que ellos trataron de hacer fue desviar las aguas residuales hacia La Mariposa, pero todo quedó mal y como dicen fue peor el remedio que la enfermedad, afirmó visiblemente decepcionado el vocero principal del consejo comunal, al tiempo que detalló al menos hay unas 440 casas afectadas.
La mala construcción genera que las “bocas de visitas” se levanten y las calles queden convergidas en cloacas gigantes por las que deben caminar los habitantes de la zona, a riesgo de contraer cualquier tipo de infección.
El agua potable es otro de los dolores de cabeza de las familias que viven en la zona, ya que el vital líquido de acuerdo al cronograma establecido por la Hidrológica del Centro (Hidrocentro), debe llegar los días martes y viernes, pero la inconsciencia de ciertos vecinos que prenden sus bombas “todo el día” deja a los demás sin la posibilidad de poder acceder al preciado líquido.
La desagradable situación se viene presentando tras el colapso en la red de aguas servidas, luego que a través del Ministerio del Poder Popular para el Ambiente, la empresa constructora J.B. Silva realizara una “descarga de agua” que quedó mal y “funciona como embudo” lo que genera que las aguas servidas se regresen por los inodoros inundando las viviendas de los sectores uno y dos.
Lo que ellos trataron de hacer fue desviar las aguas residuales hacia La Mariposa, pero todo quedó mal y como dicen fue peor el remedio que la enfermedad, afirmó visiblemente decepcionado el vocero principal del consejo comunal, al tiempo que detalló al menos hay unas 440 casas afectadas.
La mala construcción genera que las “bocas de visitas” se levanten y las calles queden convergidas en cloacas gigantes por las que deben caminar los habitantes de la zona, a riesgo de contraer cualquier tipo de infección.
El agua potable es otro de los dolores de cabeza de las familias que viven en la zona, ya que el vital líquido de acuerdo al cronograma establecido por la Hidrológica del Centro (Hidrocentro), debe llegar los días martes y viernes, pero la inconsciencia de ciertos vecinos que prenden sus bombas “todo el día” deja a los demás sin la posibilidad de poder acceder al preciado líquido.
Luis Gadea
Prensa @CRPoderPopular
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