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| Una mujer de 76 años en la favela Alemao, Río de Janeiro, Brasil, 22 de marzo de 2020.Ricardo Moraes / Reuters |
La actual puesta en escena del #coronavirus en su papel estelar como sujeto malo de la terrible situación pandémica que hoy enfrenta el mundo, constituye el acontecimiento más importante en lo que va del siglo XXI.
Considerar si es o no un ataque sistemático de Guerra Bacteriológica iniciada por el Imperio Yanqui se sabrá a su debido tiempo, esa hipótesis que cada día cobra mayor fuerza pareciera ser verdad pero no lo podemos asegurar.
Ahora nuestro interés inmediato es poner de relieve la verdad verdadera de lo que ha sido una evidencia inocultable sobre el Supremo Valor de la Solidaridad Humana, expresada de manera voluntaria y oportuna por los gobiernos progresistas con la socialización y espiritualidad compartida, más allá del interés material y económico propio de los gobiernos liberales de la derecha terrorista que encabeza los Estados Unidos.
Los equipos de médicos especialistas enviados por los gobiernos progresistas de China, Cuba y Rusia a prestar ayuda sanitaria a Italia, al igual que la atención prestada por La Republica Socialista de Cuba a los turistas del crucero Británico rechazado por los gobiernos de Estados Unidos y Colombia, son una pequeña pero significativa muestra de esos gestos de solidaridad humana son parte intrínseca de la sensibilidad y principios contenidos en el sistema de gobierno socialista.
Por otro lado el mismo covid-19 se ha encargado de descalificar la tan pregonada "eficiencia" de los servicios privados de salud, para quienes este servicio en particular es una vulgar mercancía y nada más.
También hay que prestar atención al tema de la investigación sobre las vacunas contra el coronavirus, ya que existen dos concepciones distintas orientando ese esfuerzo científico, el primer equipo integrado y promovidos por los gobiernos de Cuba, China, Rusia y Norcorea entre otros, basados en un sentido humanista para la vida, y el segundo equipo integrado por las corporaciones transnacionales de la medicina que monopolizan la industria farmaceutica tuteladas por la FDA de los EEUU, para quienes la vacuna es una vulgar mercancía del mercado capitalista.
Esas investigaciones aunque representan un avance tecnológico importante en materia de medicamentos para la humanidad, traerán un intenso e interesante debate sobre los factores virales y bacteriológicos y su incidencia en la vida de los pueblos.
Finalmente, pareciera que los acontecimientos de Wuhan activaron el inicio de una guerra bacteriológica de gran dimensión a escala mundial, donde en esta modalidad el principal terrorista contratado es un mercenario llamado covid-19.-
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